Hace años atrás entraron los reality shows con fuerza a la televisión boliviana y parece que estarán por mucho tiempo más y con más novedades. Ahora no importa la calidad o el contenido lo importante es que veas, no importa si no hay guion la improvisación y la espontaneidad son ingredientes perfectos para esta clase de programas televisivos es el caso de “Los Marquina”.
Este es una ejemplo imaginario de cómo pudo haber salido a la luz este programa televisivo.
Productor: Necesitamos un nuevo programa de televisión no importa que sea copia de algún medio extranjero, ¿alguien tiene alguna idea?
Marquina: Que tal si hacemos un Docu-reality.
Productor: te refieres a esos programas donde se filman con videocámaras con un estilo aficionado.
Marquina: Así es,
Productor: Es aburrido a nadie le interesará olvídalo, ¿Quién se prestaría para eso?
Marquina: Pero filmaremos los momentos íntimos de mi familia y todo lo que hacemos en el día, y conociendo a la gente consume cualquier cosa. Ya viste calle 7 cualquier cosa.
Productor: ¿Dijiste tu familia y los momentos íntimos?, Déjame pensarlo,
Marquina: Y tendrá varios capítulos aunque sean iguales nadie se dará cuenta, a la gente le gusta ver la vida intima de un famoso.
Productor: Bien entonces tienes mi visto bueno, adelante Marquina.
Y así señores es posiblemente el origen de uno de los programas de televisión que tiene adeptos y fanáticos, que si bien “entretiene” a sus televidentes no podemos dejar de hablar de la paupérrima producción televisiva “los Marquina”. No dudaríamos en catalogar a esta producción como televisión basura, junto con los demás reality shows presentes en la televisión boliviana, no te sorprendas con otros tipos de producción de copias baratas de reality show del extranjero que son muy polémicos ya que ahora no importa la calidad. Todo parece indicar que la televisión basura piensa quedarse por un largo tiempo y es momento de ahorrar para pasarse al cable u otro medio de entretenimiento.
Esa televisión basura que no aporta en nada, que no deja enseñanza alguna, que no marca una diferencia entre el antes y después de verla es la que se apoderó de la televisión abierta en Bolivia. Pareciera que los reality show son como la comida chatarra todos la comerán tarde o temprano, saben que es malo pero aun así lo consumen.
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